jueves, 30 de octubre de 2008

The End





Es ley de vida, las relaciones tienen que acabar mal por cojones. Los sentimientos que rodean esos momentos son, a la fuerza, una mierda.

He intentado hacer las cosas lo mejor posible pero no hay manera de evitar el dolor y el resentimiento. La soledad no es bonita pero conformarse viviendo una farsa, además, es patético.

Al menos me queda la tranquilidad de haber sido lo más honesto que he podido (algo bastante raro en estos días, la verdad). La herida está reciente, aún escuece. Espero que esta sensación no dure eternamente y al final nos quedemos con las muchas cosas buenas de esta etapa.

Hemos tenido diferencias irreconciliables, puntos de vista contrapuestos que han terminado por destruir poquito a poco lo que un día tuvimos. De eso no tenemos culpa ninguno, más bien somos un par de víctimas.

Por mi parte no queda rencor, tampoco creo que tenga nada de que arrepentirme. El corazón manda, uno no escoge lo que ha de sentir y en una relación la felicidad es cosa de dos, si uno de los elementos falla el fracaso es conjunto.

Dos años y medio compartiendo momentos es algo difícil de olvidar. Por mi parte no habrá problema porque siempre guardaré buen recuerdo y espero que algún día a tí te suceda lo mismo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...

pequeño gran ser no te preocupes por estas cosas,ya sabes que en el 99% de los casos es el tiempo el que vuelve las cosas a su cauce (a las pruebas me remito). es precisamente el tiempo quien se encarga de borrar lo malo a una velocidad vertiginosa, y queda el remanso de paz de lo bueno, que en un principio escuece pero acaba por sacar mas sonrisas que lágrimas. Espero que no tardes en llegar a ese estado de tranquilidad interior. Un besito (elbiensupremo)

Anónimo dijo...

Me ha encantado tu blog personal y tus reflexiones, deseandote llegues a encontrar ese camino que todos buscamos.

enhorabuena y suerte en 20 minutos, que andamos locos con los votos