miércoles, 5 de noviembre de 2008

Masoquismo y Conformismo





Es una verdad inmutable, el equilibrio es imposible. No he sido capaz de encontrar en toda mi vida una sola pareja que se encuentre en un estado de "alineación de sintonías". Siempre hay alguien más implicado, alguien que sufre más y que está a merced del otro, es su pelele y ambos lo saben. Siempre hay un opresor y un oprimido, el resultado: un tira y afloja constante, consciente o inconsciente pero, ante todo, permanente. Pues bien, hay un origen de estos comportamientos fruto de la interacción entre dos vertientes de nuestra personalidad.

Por un parte tenemos el lado comodón o conformista, reacio a la soledad. Este lado provoca que necesitemos a una persona a nuestro lado a toda costa. Da igual la calidad de los sentimientos, no importa el rol que uno juegue en la pareja ni tampoco importa el respeto y la consideración del/al otro. Esta situación planteada ante el ideal del amor resulta francamente triste porque presenta las relaciones como situaciones de conveniencia y dependencia. En las que una o ambas partes sacrifican todo por la salvaguarda de un bien mayor: la compañía.

Por otra parte, el lado masoquista es el que se alimenta de ideales. Es la búsqueda infructuosa del amor. Se persigue lo imposible porque lo imposible constituye un reto. Reacciona a los estímulos producidos por la incertidumbre que, analizados desde otro punto de vista, son una fuente interminable de dolor y sufrimiento. Hay aquí una mezcla de sensaciones contradictorias pero ante todo muy intensas que al lado masoquista generan gran adicción. Es común, por tanto, observar como el de masoquismo dominante se lanza a una búsqueda inalcanzable, la búsqueda de la consecución del logro. Si este es alcanzado y torna asequible, el masoquista dominante pierde el interés fijando un objetivo nuevo. Se inicia así un ciclo interminable de flirteo y cortejo que se agota y reinicia con la pérdida y despertar de nuevas atracciones.

En fin, que según nos domine más un lado u otro, nos situaremos en una posición de dominancia o sumisión. Lo verdaderamente jodido es si tenemos un poquito de cada uno, un "fifty-fifty". Ahí amigo/a, estás jodido/a.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Cuanta razon tienes jomio,cuaaantisima razon

torresgump dijo...

El equilibrio es imposible, no se pué decir mas ná.
Yo soy conformista, y tendré que vivir con ello, que remedio pues...

Ana dijo...

Jualu, yo lo veo pelín extremista. Será la edad :-)

Juanlu dijo...

Lo es. Evidentemente, todo en la vida no es blanco o negro, tiene muchos matices. Pero en esencia creo que las cosillas son asín. A grandes rasgos