martes, 30 de septiembre de 2008

Crueles paradojas





La puta existencia humana está llena de contrasentidos, hechos y pensamientos que se oponen a la lógica y el sentido común. De la observación de estos comportamientos concluyo que el ser humano es gilipollas en tanto que racional. Osease, cuanto más le "da uno al coco" peor es el resultado de sus decisiones y más disparatadas las conclusiones a las que llega. La complejidad frente a la sencillez, el camino corto frente a un laberinto imposible.

Este anómalo comportamiento empieza desde temprana edad y por todos es conocida la escena en la que un "pequeño guacho" hierve de odio y envidia por ver a otro, pequeño o adulto, regodearse de la posesión de un objeto que en la mayoria de los casos es de infinito menor valor que el que él mismo ostenta. La cuestión generalmente acaba con un "trueque" desventajoso o una pataleta de celos por parte de la víctima de la provocación. Este, ni más ni menos, es el crúel mecanismo de esa sensación tan puta llamada "deseo".

Por definición, se desea lo que no se tiene o no se puede tener. La contradicción es supina puesto que, por su propia naturaleza, este sentimiento no podrá ser satisfecho nunca, o al menos no por mucho tiempo. Sucio y puñetero, el objeto de deseo puede ser material o inmaterial, tangible o intangible, pero en todos los casos, de haber sido alcanzado, la sensación de felicidad es efímera y vacía y pronto a nuestra mente llegará la obsesión de otro objeto de deseo distinto. Quién no se ha visto estrenando cochazo o super-tele "última generación" y, tras el subidón inicial llega un bajón que puede tornar en ostión si además el "sunnormal" de turno te viene a los pocos días restregándote por la cara un modelo más nuevo y "supermegaguay" de la misma cosa.

El disfrute del objeto sólo puede perdurar en caso de éxito parcial pero esto es peor que nada, en este caso la situación deviene en un estado cíclico e interminable de "gozo-sufrimiento" continuo que acaba con la salud mental del desafortunado que incurre en él. A saber: las chicas desean a chicos con éxito, encanto, glamour, inteligencia, dinero, simpatía, etc. Una chica que consigue a uno de estos "ejemplares", sin embargo, siempre se sentirá amenazada por otras de su género, pensará que "vale menos" que él y la amenaza, real o virtual, será constante. Del mismo modo, el chico siempre deseará a las chicas atractivas de su alrededor, por encima de la suya propia, independientemente de su belleza, que por asequible perderá su condición de inalcanzable y por tanto de "objeto de deseo".

La cuadratura del cículo se termina de producir a la hora del "cortejo". Reconozcamos que existe una relación inversamente proporcional entre el grado de interés que sentimos hacia una persona del otro sexo según se incrementa el interés que percibimos de ella hacia nosotros. En cristiano: si pasan de nuestro culo nos da "mucha caña", mientras que si están todo el día encima nos agobiamos.

"Cienes y cienes" de ejemplos encontramos de este tipo de situaciones. La gente que suele ser cómoda y pragmática huye como de la peste de los objetos de deseo que sólo son fuente de fuertes dolores de cabeza, sin embargo ahí están. Cuidado! porque nunca se sabe cuando se puede ser contagiado por uno de ellos.

3 comentarios:

torresgump dijo...

Esto es así, no hay más. Mira que yo siempre he pensado en ser práctico y he seguido los consejos del Gañán "eligela fea, que las guapas son muy caprichosas y en seguida te la levantan. En cambio las feas son más agradecidas en la cama porque se piensan que puede ser la última vez".
Pero no, me tiene que atraer lo bello, si es que soy de lo que no hay.
Y luego lo de este finde, que me trepa una popi bella y paso de ella, y cuando se pira me rallo. Humanos...

Ana dijo...

Quizá hablas de deseos 'extremos'. Yo por mi parte tengo deseos un poco más moderados y cuando los consigo, me siento genial durante mucho tiempo.

Creo que el posible secreto, está en dar a las cosas el valor real que tienen. Así no se sobrevaloran algunas y no se infravaloran otras y se consigue un equilibrio muy agradable que te permite vivir muy 'agustico':

En ésta sociedad nuestra se da demasiado valor al estatus, a la apariencia (ya sea física o económica), a las posesiones materiales y cosas así. Y siempre habrá alguien con más poder, más guapo/a o delgado/a, más rico, con un coche más grande y con un iphone más chulo que tú. Si basas tu bienestar en estas metas, estás perdido.

Mi Modelo Atómico dijo...

Pero que sino esto es lo que nos hace jodidamente humanos... La contradiccion es la unica condicion genuinamente humana.. y no hay nada más contradictorio y desagradecido que el deseo..
Mucha gente dira que vivimos en la sociedad del consumo, de la apariencia, y muchos de ellos dirán que para ellos las cosas no tienen tanto valor, que el dinero no da la felicidad y demas tontás... pero si alguien les ofreciera un cheque con infinitos 0s el 99.999 lo aceptaría sin rechistar...
Yo creo que no existe nada más humano que el capitalismo extremo...