Disculpen las molestias

¿Hay algo mejor que un Lunes lluvioso? Sí, un Lunes lluvioso con "fuertes demoras por avería en el tendido eléctrico de la renfe".

"Disculpen las molestías": educada y agradable expresión que se ubica al término de las comunicaciones realizadas, por lo menos una vez a la semana, en el interior de los vagones como resultado de la sencilla ecuación: "cuatro gotas de lluvia + renfe cercanías" y que al ser escuchada por el "usuario" despierta una sensación similar a la que experimenta cuando se cagan en su puta madre. Los pelos como escarpias se me ponen cuando oigo el "sonidito" que anuncia la próxima estación cuando no hay estación que anunciar.

Hoy, producto de esta inolvidable experiencia, he vuelto al "lugar del crimen": la por mí tan temida estación de Atocha. Más de dos meses han pasado desde la apertura del tunel de la risa, hecho que supuso un notable cambio en mi vida al abandonar para siempre (jeje!) el suplicio diario que para mí, y para otros ocho millones de personas, supone el paso por este lugar infernal.

Por este motivo hoy conmemoro tamaño acontecimiento rememorando la sentida Oda que en su día dediqué a susodicha estación:

Me despido de ti oh amada Atocha. Atocha "amable" y "tranquila". Lugar de encuentro (y aplastamiento), de ahogamiento y sufrimiento.

Atocha llena de vida, de empujones, pisotones y tocadores de cojones.

Te digo adiós con pesar, cuna multirracial. Adiós sobacos en flor, adiós "frescor" de verano y en temporada de invierno "calorcito acogedor". A las marus que se cuelan y a los seres que rezuman un "celestial edor".

Desde el fondo de mi corazón Atocha, yo te digo:

"Vete a tomar por culo!!"