martes, 3 de febrero de 2009

El amor: esa gran mentira





Estado utópico, onírico, efímero y pasajero. Ideal irreal que perseguimos durante toda nuestra vida. Expectativa irrealizable, frustración irremediable. Tres parejas y tres desarrollos idénticos: auge, transición y declive. Nunca supe asumir el natural perecer del enamoramiento y la pasión. En mi cabeza habitaba a sangre y fuego el ideal que reside en la conciencia colectiva de nuestra sociedad. Alimentado (y contaminado) por el cine, la música, la televisión, la literatura...

Un pensamiento que nos condiciona desde nuestra más tierna infancia con el surgimiento del primer amor, la chica más guapa de la clase, de la que todos estábamos enamorados pero que sólo tenía ojos para el líder, el "macarrilla". Poco a poco tenemos que asumir que los sueños, sueños son y que la realidad se aleja mucho de esos ideales. Sin embargo, llega un momento en que llegas a tocar ese estado con la punta de los dedos. Lo quieres atrapar, quieres hacerlo tuyo para siempre. Pero llega el conocimiento profundo, la perdida de misterio y la certidumbre. Y tú pensabas que siempre sentirías las cosquillas pero éstas se van antes o después, poquito poco y sin darte cuenta. Viene la decepción, viene el hastío y piensas que sin mariposas no hay amor, y sin amor no puede haber relación. Siempre he estado convencido de que tenía que ser así. Sin embargo, llegados a este punto, lo único cierto es que se trata de un desarrollo natural e inevitable. No puede ser de otra manera.

¿Qué hacer? ¿perseguir eternamente algo que no existe? cambiar para volver a vivir el ciclo desde el principio, como un yonki del amor. Consumido por el mono, por la ansiedad de volver a experimentar ese subidón olvidando que luego viene un bajón de idénticas proporciones. ¿¿Existencia lineal o montaña rusa de emociones??

Una vida consagrada a la búsqueda de esa concepción hollywoodiense del amor nos puede llevar a la frustración absoluta. Lo importante es tener los pies en la tierra, abstraerse de toda esa mierda pastelera que nos venden y comprender cómo son las cosas en realidad, cómo funcionamos. Eso y evitar que todas nuestras esperanzas vitales se focalicen en esa faceta de nuestra existencia.

4 comentarios:

Ana dijo...

Ese sentimiento fuerte pasa luego a otro más calmado pero yo creo que más profundo. Para mi, mejor. Sin tanto vaivén que tanto altera.

Hasta físicamente, sería nocivo tener las hormonas en tal estado de efervescencia continua.

No hay que desesperar sino ser consciente de ello.

Anónimo dijo...

jajajajajaja yo prefiero vivir on the crest of the wave always jajajajjajajajajajja, pero bueno esta claro q el amor asi a largo plazo tb te da muchas recompensas

Juanlu dijo...

Está claro que eres una romántica jejeje! ;)

Anónimo dijo...

despues de una ardua tarea de búsqueda, he encontrado la solucion. El truco es ser infiel como un pirata, mientras mantienes a tu cosika en casa para hacerle arrumacos y q te haga la comida, te planxe, ir al cine, de compras, etc... Pero las burbujas las buscamos con otras hembras. Ojos k no ven, corazon k no siente. Nosotros conseguimos parte de ambas vidas, y ellas no se enteran por lo que no sufren. No me deis las gracias pequeños aprendices. Os amo a todos, y a vuestras mujeres mas...