miércoles, 29 de julio de 2009

Office pocket dictionary





La vida del "oficinista" que es, casi siempre, gris y anodina tiene, sin embargo, elementos que me fascinan. Por ejemplo, la forma de afrontar el comportamiento en sociedad. Evidentemente, en un contexto en el que domina los intereses particulares, la ambición, la competitividad, el instinto de supervivencia o la diplomacia, las relaciones que se producen son de todo menos naturales, desinteresadas y espontáneas. Como consecuencia de este proceso de adaptación "darwiniana" al medio he observado una serie de conductas típicas que la gente utiliza para disfrazar con las mejores formas posibles sus verdaderas y malévolas intenciones.

Los/as hay bordes, otros son simpáticos, algunos pelotas, amargados, cobardes, falsos, graciosillos, serios, pasotas, malpensados, etc. etc. pero todos ellos conocen a la perfección este código universal de comunicación del oficinista.


Cuando alguien te dice...

Realmente quiere decir...



"Esto no es urgente":

No pierdas un segundo ni en leer de que va el rollo este.



"Ruego…":

Más te vale que hagas esto o te cortaré las pelotas.



Reenvían un mail tuyo anterior con copia hasta para el papa:

Mirad lo que dice el cabrón este y tomad nota...



Te mandan un mail poniendo en copia a alguien:

This is not my fucking business; "tula"/toma patatita caliente/boooooola vaaaaa!!!



"Este tema está en proceso/en trámite/en curso":

Ni siquiera me he puesto con ello.



"Ahora mismo te lo miro...":

No sé de qué coño me estás hablando.



"Este tema lo lleva fulanito":

Déjame en paz/no me cuentes tu vida/me importa una mierda lo que me estás diciendo.



"Gestionar":

Hacer como que haces algo.



Te dicen: "perdona las molestias" (al pasarte un marrón) y tú contestas: "no te preocupes, no pasa nada" acompañado de una sonrisa falsa:

Ni se te ocurra volver a joderme así pedazo de cerdo.



"Por favor...":

O bien es una "coletilla" vacía o bien se puede traducir por: "Dios santo!! solucióname esto o mi cuello peligra"




Tu jefe dice: "¿¿tienes un minuto??", "¿¿estás muy liado??", "¿te pillo en mal momento?":

Se está rifado un marrón y tú llevas todas las papeletas.



Si lo anterior te lo dice un compañero:

Vengo a tocarte un poco los cojones.



Guapa/cariño/corazón...

Si va dirigido de una chica a otra chica:

"Lástima ver tu puta cara de perro todos los días con lo mal que me caes."


De un chico a una chica:

idem, o bien: "groiiiiink!! Ayyyy!! Omaita!! Te cogía y no sé lo que te hacía!!"



"No queda papel en la Fotocopiadora?!, o bien, ¿!no queda tonner?!¿!(indignado y en alto)"

quién es el cabronazo que lo ha gastado y no ha puesto más.



"Se ha atascado la fotocopiadora!!":

¿¿becaaaario?? ¿¿Dónde estaaaas??




"Perdona pero no he visto tu mail/llamada, estaba reunido":

no me sale la P. de contestarte/cogerte el teléfono so pesao, cansino.




"No quiero ser pesado/a":

¿¿Vas a hacerme lo que te he pedido de una puta vez??




Alguien te pregunta: "¿cómo andas?" y tú contestas: "fatal, muy liado...":

Ya no encuentro más maneras de tocarme los cojones pero nadie debe saberlo. De todas formas, de ningún modo se me pasaría por la cabeza echarte un cable si es eso lo que buscas.



"¿¿Esto para cuando lo quieres??":

No me apetece un carajo currar y agotaré hasta el último recurso antes de ponerme con esta mierda.



"No me ha llegado el documento que indicas":

he perdido/no sé dónde coño he puesto el puto papel ese.



"Parece que ha debido de haber un error en el sistema, proceso,herramienta":

La he liado parda.



Y por último, que me encanta, todo ese abanico de recursos para conversaciones de besugos con aquellas personas con las que tienes un trato circunstancial:

A la pregunta de "¿¿qué tal??" o "¿¿cómo lo llevas?" Siempre seguirá un: "Aquí, de Lunes; en la pelea; luchando; pá que nos vamos a quejar; bien, bien jodido; tirandillo; qué quieres que te diga; qué te voy a contar que tú no sepas, etc. etc.

jueves, 9 de julio de 2009

Be Edu my friend





Completamente consciente de que la realidad es un concepto subjetivo y como tal, producto de la percepción de cada uno de nosotros, llevo mucho tiempo con la idea clara de que lo correcto es adoptar la filosofía del pragmatismo partiendo del profundo conocimiento de nuestra propia personalidad.

La teoría es relativamente sencilla, si eres capaz de conocerte hasta el punto de anticipar tus respuestas ante determinados estímulos, sabrás cuales buscar o evitar en función del beneficio que te reporten y cómo enfrentarte a las distintas situaciones que se puedan presentar en tu camino. Cierto es que las cosas no son tan sencillas porque no todo mal es evitable ni todo bien accesible. Sin embargo, sí se puede minimizar el daño y optimizar el resultado. Por otra parte, si uno es capaz saber dónde está, podrá analizar objetivamente si es posible llegar a donde quiere asumiendo de forma realista sus opciones, ajustando sus expectativas y evitando dramáticas frustraciones.

Evidentemente es absurdo pensar que todas las vivencias se pueden racionalizar de forma inmediata, que somos frías máquinas que proporcionamos una solución automática ante un escenario dado. Es esa densa capa de emociones, ilusiones e instintos que llevamos dentro la que nos enreda y nos confunde, la que nos provoca una completa desorientación en no pocos momentos. Asumiendo la vulnerabilidad causada por este hecho, no queda más vía que la de ser lo suficientemente fuerte como para no derrumbarse cuando uno se encuentra expuesto. Hay que esperar el cese de la tormenta amarrado a donde se pueda y aprovechar los momentos de claridad para plantear las situaciones desde la perspectiva del realismo, de forma constructiva.

Una vez se ha sido capaz de ver, aunque sea por una vez, con claridad, todo es mucho más sencillo y, con esfuerzo, se puede llegar a controlar y contrarrestar la caprichosa tiranía de los sentimientos. Se trata de tener una pauta, un plan de actuación elaborado objetiva y concienzudamente al que aferrarse cuando nos vemos afectados por la vulnerabilidad.

Mi lucha es permanente y va encaminada a conseguir la mayor adaptación posible de mi mismo al entorno que me rodea o, si se quiere, que éste se parezca lo más posible a lo que yo quiero que sea. Adaptarse o morir, asumir lo que hay deportivamente y sin dramatismo. La seguiré cagando una y otra vez pero el objetivo es claro y meridiano: pasar esta vida de la mejor manera sabiendo lo que hay dentro y fuera de ti.